Generalmente las spam-traps son creadas a partir de cuentas inactivas que fueron dadas de baja o ya no son utilizadas por sus usuarios. De esta manera simulan ser una casilla de correo normal y pasan desapercibidas entre las listas de contactos, pero nunca muestran actividad: no tienen aperturas ni generan clics.

¿Cuál es la lógica detrás de usar casillas sin actividad como spam-traps? Al no tener actividad, no deberían estar en ninguna lista de contactos, ya que nunca podrían haberse sumado a través de un formulario opt-in. La única forma de entrar a tus listas de suscripción es que no mantengas listas limpias (y activas) o que se hayan cargado contactos que no fueron obtenidos a través de un formulario de suscripción. 

La solución a este problema está en administrar mejor tus listas y mejorar tus prácticas de envíos. 

Para empezar, debes sumar tus contactos a través de un formulario o enviándoles un email para que vuelvan a suscribirse a tus campañas. De esta manera te aseguras de dos cosas: por un lado, de estar incorporando únicamente contactos activos. Por el otro, confirmar el deseo de seguir recibiendo emails por parte de los contactos que ya formaban parte de tus listas.  Si no tienes un formulario de suscripción, puedes aprovechar los de Perfit: crea formularios de suscripción.

La limpieza de listas también es otra acción fundamental para evitar las trampas de spam, más aún si eliges la opción de borrar los contactos que no hayan tenido actividad en determinada cantidad de tiempo. 

Por último, también es recomendable enviar campañas únicamente a los contactos activos o solicitar periódicamente que vuelvan a confirmar su suscripción a través de un nuevo formulario.