Las listas de bloqueo (blacklist) son definitivamente algo que se debe tener en cuenta, especialmente cuando se trata de tu servicio de correo electrónico. Antes de revisar los diferentes tipos de listas de bloqueo, veamos qué son.

Existen dos tipos: las blacklist basadas en DNS las cuales se basan, como sugiere el nombre, en los nombres de dominio de sus direcciones IP y las RBL (listas de bloqueo en tiempo real) que se basan en direcciones IP que se capturan en tiempo real.

Las blacklist se crearon para ayudar a detener la avalancha de SPAM que comenzó cuando se popularizó el uso generalizado del correo electrónico. Debido a su creación, los proveedores de correo electrónico pasaron a tener un recurso para ver qué direcciones IP tenían reputación de enviar correos electrónicos no deseados o maliciosos a los destinatarios. Una cosa importante a tener en cuenta es que las blacklist no bloquean tus mensajes, los mensajes son bloqueados por los propios proveedores de correo electrónico.

Si estar incluido en una determinada blacklist parece sin importancia, la realidad es que algo en tu servidor de correo electrónico causó esto y es por eso que siempre se deben aplicar las buenas prácticas cuando utilicemos email marketing.

Si de un momento para otro apareces en una blacklist, tendrías que echar un vistazo de cerca a tus prácticas de recopilación de contactos: asegúrate de incorporar algún tipo de suscripción confirmada o validación por correo electrónico en el proceso de registro. La validación de correo electrónico puede ayudar a eliminar los correos electrónicos incorrectos y garantizar que los envíe a contactos realmente interesados.

Mantener tus listas limpias y con contactos interesados es muy importante. Si no toman las medidas necesarias para evitar que se te vuelva a incluir en una lista de bloqueo, está garantizado que volverá a suceder.

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